"...No veo por qué tendría el Estado que prohibir que una persona adulta y dueña de su razón decida hacerse daño a sí misma, por ejemplo, fumando porros, jalando coca, o embutiéndose pastillas de éxtasis si eso le gusta o alivia su frustración o su desidia. La libertad del individuo no puede significar el derecho de poder hacer solo cosas buenas y saludables, sino, también, cosas que no lo sean, a condición, claro está, de que esas cosas no dañen o perjudiquen a los demás. Esa política, que se aplica al consumo de tabaco y alcohol, debería también regir el consumo de drogas. Es peligrosísimo que el Estado empiece a decidir lo que es bueno y saludable y malo y dañino, porque esas decisiones significan una intromisión en la libertad individual, principio fundamental de una sociedad democrática. Por ese camino se puede llegar insensiblemente a la desaparición de la soberanía individual y a una forma encubierta de dictadura. Y las dictaduras, ya lo sabemos, son infinitamente más mortíferas para los ciudadanos que los peores estupefacientes." (Vargas Llosa, Mario, Mario Vargas Llosa y su posición sobre la legalización de la marihuana, elcomercio.pe, 7 de noviembre de 2010)
En el citado artículo el Nobel sustenta el por qué las drogas deben ser legales. Astutamente convierte un problema moral en un asunto puramente legal y politico. Lamentablemente este sujeto asume la libertad como irrestricta e independiente de limitaciones. Pero, se olvida que nadie puede ser totalmente libre, pues nuestras acciones por ser humanas, deben estar moderadas. Ese fue el origen de la ley positiva: poner por escrito lo que el hombre ya tenía en el corazón. Pero, como las pasiones y emociones nos mueven en muchas ocasiones hacer lo contrario a la ley natural se puso por escrito esas leyes.
Que mejor ejemplo de la necesidad de poner por escrito las leyes que la obra de Orwell "Rebelion en la Granja". Pero, el abuso, la ignorancia, la desidia y el miedo de muchos hizo que esta ley se fuera cambiando poco a poco, hasta terminar siendo dañiña a quienes la concibieron.
Vargas Llosa habla del peligro de las "Dictaduras". No se da cuenta que el está abanderando la peor de las dictaduras: la del relativismo. Eso si que es nocivo, pues así como las drogas arrunian y corrompen muchas vidas humanas, el relativismo arruina mentes y razones.
Antes del actuar esta el pensar. Si el pensar está corrompido la vida entera lo está. Con esa línea de pensarmiento relativa las drogas nunca acabarán. Su solución será su propia condena. Vargas Llosa habla de historia de legalizaciones de sustancias nocivas y cómo ahora su consumo es socialmente aceptable. Pero, su consumo mayoritario no les quita lo nocivo. Por eso hoy en día las campañas tan agresivas para evitar el consumo de dichas sustancias: tabaco y alcohol. Si no se hubiera aprobado su consumo se gastaría mucho dinero en combartirlas, pero en nigún caso más de lo que se ha gastado en tiempo, vidas y dinero en las consecuencias de su legalización.
Este es un problema moral. Los problemas morales se resuelven desde la moral no desde la legalidad ni desde la política.
La ley positiva ha nacido de la ley moral. En ningún caso el efecto puede eliminar la causa.
No es el Estado, no son las mayorías, no es la democracia, no soy yo ni es Vargas Llosa quien decide lo que es bueno o malo. La bondad o maldad de las cosas no se determina por el sujeto, la bondad y maldad le viene determinada a cada objeto. Solo nos toca descubrirla.
No somos dueños del bien ni del mal y por eso no podemos usarlas a nuestro antojo. No podemos usar el mal para obtener un bien. En caso de usar el mal para obtener un bien, ese bien solo sería aparente, pues el bien no tiene su origen el mal.
Si afirmo que el mal origina es el bien entonces estoy diciendo que el bien realmente sería un mal. Con ello atento a los principios de la lógica. Por ende, la propuesta del Señor ganador del Nobel de Literatura 2010 es ilógica.
Pero, a pesar de mi simple análisis lógico reconozco que no es un problema de lógica ni de legalidad. Esto es un problema moral. La solución debe ser desde ese campo.
Se combaten las causas no los efectos. Esa es la mejor estrategia.
Por hoy basta.
Carlos Pacahuala M.
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