No es mi intención definir, conceptualizar o exponer las características del "Acoso escolar". De eso se han ocupado, y se ocupan, muchísimos especialistas, colegas míos varios de ellos. Mi intención es poder explicar a mis estudiantes cómo es que acosar ("agarrar de punto", en la jerga escolar) a algunos de sus compañeros atenta contra el "No matarás" que nos enseña Dios.
No Matarás. Este es el quinto mandamiento de Dios. ¿Qué implica este mandamiento? Implica el respeto a la vida humana, al hecho de que "La vida humana ha de ser tenida como sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin" (CEC 2258) Por tanto, toda acción en contra de la vida del hombre ofende profundamente a Dios.
El Bullying, como cualquier tipo de agresión física, moral o sicológica, es un atentado contra la sacralidad de la vida humana. Podría, si me lo permiten los teólogos, considerar que el Acoso escolar es una especie de tortura, porque "usa de violencia física o moral, para... intimidar a los que se oponen" Siendo así, "es contrario al respeto de la persona y de la dignidad humana" (Cf. CEC 2297)
Por tanto, todo aquel o aquellos que inducen o aplican el acoso a cualquiera de sus compañeros están cometiendo un pecado mortal. Consecuentemente, aquellos que son observados pasivos y no denuncian las agresiones a la víctima están cometiendo un pecado grave de omisión. En ambos casos, victimarios y observadores (cómplices) deben arrepentirse y reparar sus actos.
Pero, hemos de reconocer que la persona que es víctima de Acoso tiene derecho a su legítima defensa. Este derecho brota del "amor a sí mismo" (CEC 2264) Pero, "La legítima defensa puede ser no
solamente un derecho, sino un deber grave, para el que es responsable de la
vida de otro. La defensa del bien común exige colocar al agresor en la
situación de no poder causar perjuicio. Por este motivo, los que tienen autoridad
legítima tienen también el derecho de rechazar... a los agresores de la sociedad ...confiada a su responsabilidad." (CEC 2265) Es decir, que el acoso escolar lo debe rechazar la víctima. Pero, además, debe ser rechazado por aquellos que tenemos autoridad en un colegio: los maestros. De no hacerlo incurrimos es una pecado también.
No ha sido mi intención sentenciar a todo como "pecado". Pero, ciertamente lo es. Y por tanto, quienes nos llamamos hijos de Dios debemos hacer todo nuestro esfuerzo posible por combatirlo. Con ayuno, oración y acción. Todos, padres, estudiantes y los maestros.
Si este sencillo post carece de rigurosidad académica y teológica, háganmelo saber. Quiero aprender mejores sustento de la relación que he intentado desarrollar.
Carlos Pacahuala
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