domingo, 1 de noviembre de 2009

ADIOS

Casi siempre asociamos a las despedidas los más hondos sentimientos de pesar y dolor, y claro, eso siempre sucede, y cuanto más importante la persona de quien nos despedidos más duras y penosas son.
Sin embargo, hoy me ponía a pensar que a veces las despedidas son lo mejor que le puede pasar a una persona, porque si uno se despide de aquello que tantop daño le hizo lo único que se logrará con esa despedida será descargarse de tanto dolor. Esas despedidas serán gratificantes, aunque en un primer momento no parezca así.
A veces nos despedimos de quienes no debemos, pero nuestras decisiones son falibles, pues a veces ni el tiempo nos dará la oprtunidad de retificarnos, solo nos quedará el pesar de saber que no decidimos bien. A lo mejor cuando pasemos momentos difíciles nos daremos cuenta que nunca debimos despedirnos.
No sabemos cuando es que Dios nos pida la vida, agradezcamos a quienes se pudieron despedir de nosotros, pues quizá nunca más les veamos.
Carlos Pacahuala

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