viernes, 20 de septiembre de 2019

"Los niños del Fuhrer" de Kari Rosvall ¿Sirve para educar?

Me he sentido desolado en incontables momentos de mi vida. Más de una vez ha sido el único sentimiento que gobernaba todos mis actos. Seguro lo vuelva experimentar, no puedo evitarlo como tampoco puedo prever los niveles que alcanzará la próxima vez. El juicio que se me puede hacer de ello sería tan diverso como las personas que leen este post. Pero, ello no impedirá que la desolación cubra mi existencia nuevamente.

Hay situaciones en la vida que no gobernamos, no dependen de nosotros: nuestros padres, las circunstancias en las que fuimos concebidos, nuestros rasgos... no dependieron de uno mismo, se nos vino donado sin pedirlo y nada podemos hacer ante ello. Cuando tomamos conciencia de las situaciones originales de nuestra existencia las asumimos sin ningún cuestionamientos y no las discutimos sino hasta la adolescencia donde hasta llegamos a pensar que fuimos adoptados. Una manera de rechazar lo que significan los padres en ese momento.

La historia de Kari Rosvall es la búsqueda constante de sus orígenes. Ella fue una de las niñas parte del programa nazi "Lebensborn". Su historia es una de esas pocas que tiene un edificante final.

Un adolescente conocería que fue el programa de Lebensborn, se vería impulsado a conocer sobre los nazi y sus grandes jefes. Entraría a una parte de la historia de la humanidad que no podemos dejar de conocer. Y claro, tomar postura por lo sucedido a Kari y el actuar de los personajes (reales todos) brotaría de manera natural. Sería un deleite para nuestros estudiantes JUZGAR a los padres de la protagonista.

Conozco a algunos adolescentes que me han confiado no saber quién es su padre, que sus madres nunca se lo han dicho. Otros sufren porque sus padres estás sumergidos en situaciones de vida tan deplorables que prefieren anular mental y socialmente su existencia, otros quisieran cambiar de padres por lo que han vivido con ellos. Creo que al leer "Los niños del Fuhrer" algo en ellos cambiaría y probablemente la desolación que experimentan podría empezar a desaparecer.

Siempre depende de uno mismo dar el salto para  salir de los estados emocionales más difíciles. En mi caso leer siempre me ha ayudado a hacerlo.

Dudo que lo que escribo ayude a alguien. Pero si creo que leyendo las obras que comentó lo hagan.

Espero que este post no sepa a poco. Como siempre quedo sujeto a sus críticas por cualquier medio.

Carlos Pacahuala M.

viernes, 13 de septiembre de 2019

"Algún día te mostraré el desierto - Diario de paternidad" de Renato Cisneros ¿Ayuda para educar?

Debo confesar que "Algún día te mostraré el desierto" fue la primera obra que leí de Renato Cisneros reiniciando así el introspectivo placer de leer. Volví a sumergirme y refugiarme en la lectura. Escapé un rato de la realidad circundante para entrar en esa otra realidad que se nos descubre en cada línea leída de un libro. Leer me salvó.

Nunca antes hubiera pensado tomar entre mis manos un libro que no tuviera un matiz religioso, sin embargo este libro tuvo mucho de un acto de fe, humana y divina.

Ponerme frente de este libro me daba la posibilidad de entrar en la vida de alguien que esperaba me diera pistas de cómo asumir el rol que más me asustó tener en mi vida: ser padre. Al darme cuenta que el autor tuvo, y quizá tiene, los mismos miedos que yo me ha ayudado a entenderme un poco más. Por primera vez sentí que hablaba con alguien que parecía leerme y contarme mis afanes, miedos e incertidumbres entorno a la paternidad. Ciertamente toda obra literaria tiene algo de realidad y de ficción. Ahora estoy convencido que a veces es mejor creer que algunos de nuestros grandes dolores son ficción para que nos afecten menos, para que no duelan tanto. Confiar en que el testimonio de otro como tú puede en cierto sentido salvarte es una acto de fe  humana.

Leyendo a Cisneros descubrí que su autoproclamada falta de fe en lo divino tenía un origen muy humano: su padre.

¿Cuánto influye un padre en la vida de la persona? Esa sería una muy buena pegunta para ser respondida en la clase con adolescentes que miran la paternidad con diversidad de emociones contradictorias. Al leer el libro advertirían que casi están como predestinados a seguir el modelo que han recibido y que la influencia de un padre en la vida de uno es insondable, incomprensible, mistérica y a la vez necesaria. Aprenderían que nunca terminaremos de entender que nuestros actos trascienden la materialidad de los hechos fácticos para dejar una gran estela de consecuencias inmedibles. Un acto nos convierte en padres, un acto nos convierte en hijos y ese mismo acto tiene consecuencias que jamás podremos medir. ¿Que un adolescente entienda esto no es suficiente? ¿No es acaso interesante que un adolescente entienda que lo más importante de su vida nunca lo va a entender del todo?

Andamos preocupados en que los alumnos aprendan, que desarrollen competencias. ¿Nos hemos puesto a pensar que nadie prepara para ser competentes como padres? ¿Qué contiene esa competencia?

Estamos en crisis de paternidad. Por lo menos esa es mi experiencia. Antes nuestros padres pasaban poco tiempo en casa porque estaban trabajando. Esa era nuestra certeza que derrumbaba cualquier miedo. Hoy muchos niños y adolescentes no saben quien es su padre y si lo saben no tienen la más mínima idea de dónde está ni qué esta haciendo. Donde no hay certezas hay dudas, sospecha, miedo, dolor y por ello odio e irá. Veo ante mis ojos mucho dolor, odio e irá incontenible.

En nuestra sociedad  la figura del padre ha sido despellejada, por ello resulta apremiante abordarla como parte de nuestras propuestas de aprendizaje. Con suma sencillez podemos plantear un proyecto que desarrolle el juicio crítico de toda la obra de Cisneros porque resulta contemporáneo y cercano, alguien público que se expone en los medios, alguien que es objeto de admiración por la fama televisiva; las diversas áreas podrían tratar cuestiones referidas al inicio de la vida y el rol del padre en la crianza;debatir si aún el padre es necesario, siendo que en algunos ámbitos se quiere desaparecer a los hombres; analizar los índices de hogares monoparentales donde no hay padres y hacer tesis sobre las posibles causas de este fenómeno social para luego proponer soluciones viables en su entorno inmediato.

Espero sirva en algo mi sencilla propuesta.

Quedo atento a sus críticas. Espero no sepa a poco lo que hoy he escrito.

Carlos Pacahuala


sábado, 7 de septiembre de 2019

"La distancia que nos separa" de Renato Cisneros ¿cómo puede servir para educar?

No pretendo hacer un crítica literaria con este y los próximos post que publicaré. Mi intención es dar a conocer mi visión de educador que pueda servir para otros educadores que buscamos constantemente responder a las necesidades de nuestros estudiantes. Puede que mis lectores sea un grupo pequeño, pero nunca me he sentido parte de las mayorías, por tanto quedaré muy satisfecho saber que mis intereses los comparto con algunos cuantos que nos apasiona educar.

Leer "La distancia que nos separa" fue para mi emotivo, descubridor, instructivo y educativo.

Fue emotivo porque sin darme cuenta de mis ojos rodaron lágrimas  cuando la madrugada en que leí el episodio en que el autor narra la muerte de su padre y como ese fue el inicio en que él, el autor, empieza dejar de creer. No saben como me ayudo a entender que algunos golpes en la vida nos marcan para todo el resto de lo que nos quedo de existencia. Nuestra mirada a los demás cambia a conocer más lo que cada uno vivió. Me descubrió que entrar en la vida  de las personas es un reto impostergable si queremos ayudarle. Todo maestro quiere ayudar a sus estudiantes, nuestra única alternativa: conocer la vida de cada estudiante.

Me ha resultado instructivo porque la novela desarrolla momentos del militarismo iniciado con Velasco y describe episodios del comienzo del terrorismo y las primeras iniciativas por acabarlo. Resultaría interesante ir leyendo la novela y goglear los personajes y episodios para conocer la historia reciente de nuestro país. Pero, además sería riquísimo el análisis de la situación socioeconómica de esos tiempos y cómo desde todos los sectores tuvieron que enfrentar las necesidades que se le presentaban y transformaron su vida hasta nuestros días
Desde el área de religión podría analizarle el fenómeno del ateísmo y cómo se genera conforme la Gaudium et spes.

El valor educativo está descontado en esta novela porque además de todo nos permite conocer la influencia del padre en la vida de la persona. Como el padre, presente o asuente, marca la vida de cada uno. Esto resulta muy útil  en nuestra sociedad porque  el valor de la madre en muchas ocasiones ha diluido o anulado la figura del padre hasta el punto de considerarlo innecesario o poco influyente en la crianza relegándolo a la provisión de bienes para la manutención física de las personas.

Sé que quienes lean esta novela podrán descubrir mucho más. Desde aquí he dado mi sencillo punto de vista, espero sirva para educar.

Quedo sometido a sus críticas, siempre bienvenidas.

Carlos Pacahuala


domingo, 1 de septiembre de 2019

¿Todo libro educa?

Esta pregunta siempre me la hice. Y muchas veces descarté lecturas por considerar que no ayudaban a educar. El tiempo ha pasado y ahora estoy convencido que todo libro aporta de alguna manera a la educación. Y está contribución puede que no esté en la intención del autor. Mas yo como educador si podría buscar que cada obra literaria que llegué a mis manos sirva en mi accionar.

Cuando leo me es inevitable descubrir en cada página lo útil para mis clases o diversos proyectos en la escuela.

¿Toda obra será útil? Hoy creo que sí. Por ello, en las próximas publicaciones comentaré algunas novelas o cuentos que he leído últimamente y cómo he encontrado en ellas insumos para seguir educando.

Espero sea razonable todo lo que escriba. Si no fuera así quedo como siempre expuesto a las críticas, a la criba de lo que pienso.

Carlos Pacahuala