Uno de los puntos que más me gustó fue el referido a los complejos que se ciernen sobre este filósofo alemán.
Uno de mis compañeros compartía que en muchas ocasiones a Nietzsche se le dejaba de lado por el excesivo uso de argumentos ad hominem. Quienes hemos tenido contacto con sus obras podemos certificar esto.
Personalmente atribuía que los complejos sobre él se originan a partir de la frase más popular: "Dios ha muerto".
Cuando Nietzsche afirma que "Dios ha muerto" no lo hace derrepente, lo hace en un contexto que más que sentencia parece incertidumbre, más que soberbia manifiesta un gran dramatismo. Nietzsche quiere invertir el método del conocimiento. No quiere partir de la verdad, sino de la no verdad, no quiere partir de lo absoluto, quiere partir de la nada.
Se puede afirmar que esa "nada" para Nietszche es el "todo". ¿Será una especie de metafísica?
Si nos despercudimos de complejos podemos decir que su discurso es tan igual como el de aquellos que no encuentran puerto seguro donde anclar sus esperanzas.
Nadie que haga filosofía puede autosentenciarse "incrédulo". La incredulidad no tiene espacio en la filosofía porque quien hace filosofía, y solo filosofía, cree en los imperativos de su razón. Si no cree en la razón entonces no es filósofo.
De la razón a la fe solo hay un paso. Conozco a varios que no se atreven a dar ese gran paso.
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