
El otro día escuhe a un maestro que mientras se refería a planificación educativa decía: "Son tantos los papeles que tengo que llenar en el colegio que practicamente ya no tengo ni vida familiar los fines de semana".
No cabe duda que el fenómeno del CONSTRUCTIVISMO ha traído consigo una enfermiza actitud por la PLANIFICACIÓN PAPELIZADA.
Todo cuanto hay que hacer tiene que estar especificada con una minuciosidad que ya pierde sentido. Es correcto una adecuada planificación, pero tratar a los alumnos como "OBJETOS" es una desgracia. ¿Por qué como objetos?
En la EMPRESA todos los procesos se planifican minuciosamente (que me corrijan los de administración) pues el PRODUCTO a obtener de dicho proceso es bien definido. Si no se obtiene el producto, entonces el la PLANIFICACIÓN fue inadecuada. ¿No sucede lo mismo con los maestros constructivistas? Planifican y planifican horas de horas todo su proceso, elaboran sus inacabables matrices de evaluación, matrices de contenidos, matrices de matrices, matrices para la matriz de la matriz y todos nos matrizamos...
Esto es inacabable. Al final parece que importa más el PROCESO que el SUJETO. Es decir importa más el cómo planifico que el ESTUDIANTE. Eso se llama tratar a los estudiantes como OBJETOS. Pero lo peor es que esos maestros no se dan cuenta que poco a poco pierden tiempo que podrían dedicárselo a sus familias, a ellos mismos y a Dios. Es decir, los propios maestros constructivistas se convierten en OBJETOS que terminan siendo deborados por la EDUCACIÓN DE LA PLANIFICACIÓN, la EDUCACIÓN DEL PAPEL AGUANTA TODO. Ningún maestro constructivista me diga que la labor es sencilla.
Por ahí alguien podría decir que la labor de maestros es muy sacrificada. Es cierto, pero eso no implica que deba consumir mi día entero de todos los días de la semana.
Esos maestros constructivistas, y otros que son padres de familia, seguro que critican a sus hijos por estas horas de horas metidos en internet o pasar días enteros en la calle no se ponen a pensar que ellos hacen lo mismo cuando sedentariamente tienen que sentarse horas de horas con el mouse en la mano para elaborar sus sesiones y demás hierbas para los alumnos del colegio.
Vamos maestros, atrevanse a proponer algo distinto, algo que sea más humano, más cristiano, más original. A mi me aburre una sesión constructivista porque el contenido que se da es tan ridículo que siento que estoy estafando a los alumnos. Pues sabemos que no podemos programar más contenidos porque tenemos que SEGUIR LOS MOMENTOS DE LA SESIÓN. Al final entre tantos MOMENTOS, CRITERIOS, INDICADORES, INSTRUMENTOS, INDICADORES, RECURSOS, UNIDADES, TEMAS TRANSVERSALES, ETC, ETC, lo único que se hace es NO EDUCAR.
Yo no quiero ser un MAESTRO CONSTRUCTIVISTA, pero tal parece que falta originalidad en este país. Continuará...
Carlos Pacahuala Montenegro
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